Promover
la investigación desde los primeros años de escolaridad es uno de los
principales aspectos que deben de tomarse en cuanta para garantizar un
aprendizaje que pueda servirles a los estudiantes en la resolución de problemas
futuros que afecten a la sociedad en que se desarrollan. A pesar de la gran
cantidad de dinero que el Estado dominicano invierte en publicidad para
promocionar una revolución educativa que no se percibe en el ambiente escolar,
el estudiante sigue siendo un ente pasivo, un mero repetidor de información, la
cual no es capaz de convertir en conocimientos. Siendo la educación dominicana
una de la más diagnosticada de la región, no se han trazado políticas
educativas específicas en beneficio de los aprendizajes de los estudiantes.
La
gestión educativa 2008-2012, encabezada por el profesor Melanio Paredes con la
asesoría de expertos nacionales e internacionales, especialmente de México y
Chile, elaboraron los indicadores de logros para los niveles inicial y básico.
Esta gestión fue interrumpida por la denuncia de supuestos actos de corrupción
y el rechazo de los “Textos integrados”, este último promovido por las editoras
nacionales. Los indicadores de logros han sido manipulados por los ministros
siguientes y se han convertido en un obstáculo para el desarrollo del proceso
porque siendo copiados de países muy distintos al nuestro y creados por
profesores de esos países por ensayo y error con estudiantes con condiciones
sociales diferentes a los nuestros, no ha resultado tan fácil la adaptación.
La
sociedad en que vivimos presenta cambios muy acelerados y, por tanto, la manera
de enseñar tiene que ir innovando progresivamente. La escuela no debe limitarse a cumplir las
reglas tradicionales que sólo exigen comportamiento y repetición de
información. Los actos de violencia que a menudo se presentan en las escuelas,
no son más que una reacción a las relaciones de poder que existen allí. Un
estudiante que sabe que lo que aprende le servirá para toda la vida y que a
raíz de esto puede insertarse en otros ámbitos sociales, se siente responsable
de sus acciones y comprometido con la contribución a la transformación positiva
de la sociedad.
La
sociedad actual necesita sujetos críticos y creativos a la hora de tomar
decisiones y es la escuela que debe plantearse formarlos. La enseñanza debe centrarse en que los
alumnos identifiquen problemas sociales y realicen equipos para dar soluciones
a estos problemas. La innovación pedagógica es necesaria desde la escuela y el
accionar de los maestros debe estar centrado en los estudiantes. Los avances tecnológicos nos han permitido
una socialización a grandes distancias.
El uso correcto de la TIC hace que el proceso sea más dinámico y el
trabajo colaborativo pueda realizarse con mayor facilidad. Los problemas
sociales se resuelven en equipos, por tanto, la escuela debe promover el
trabajo colaborativo.
Tanto
los estudiantes como los maestros del siglo XXI deben convertirse en sujetos
activos, reflexivos y críticos. La investigación educativa es el motor que
mueve esa nueva práctica pedagógica innovadora. Es por eso que la sociedad
necesita maestros investigadores que puedan guiar a sus estudiantes en la
realización de proyectos educativos donde se involucren en la toma de
decisiones para solucionar problemas reales que afectan a su comunidad.
La
educación basada en proyectos hace que el aprendizaje sea más divertido y a
largo plazo. En este enfoque los estudiantes participan activamente en la
construcción de conocimientos concretos, significativos. La información
obtenida durante la investigación es controlada y aplicada a la solución de
problemas reales y no meramente memorizada. El docente crea la situación de
aprendizaje y no se limita a la transmisión de saberes. Los participantes
tienen la oportunidad de socializar con adultos que tengan experiencia en la
elaboración de proyectos. La investigación educativa como facilitadora de la
construcción de conocimiento concreto promueve el trabajo en equipo, la
creatividad, el pensamiento crítico, la comunicación efectiva y la toma de
decisiones.
Las
instituciones educativas dominicanas desde el nivel inicial hasta el nivel
superior no promueven la investigación, lo cual es un obstáculo para el
desarrollo científico de nuestra sociedad. Para llevar a cabo un proyecto de
investigación se necesita un maestro responsable. Mediador activo del proceso,
que esté atento a las necesidades de sus estudiantes durante todo el proceso y
promueva entre ellos la responsabilidad de colaborar para que resultado final
sea de calidad y se produzca conocimiento durante todo el proceso.
En
teoría, los documentos del Ministerio de Educación de la Republica Dominicana
(MINERD) plantean el aprendizaje significativo. No es así en la práctica
pedagógica, sobre todo en las escuelas públicas y en los colegios de los
barrios marginados, donde los recursos son muy limitados. A esto se suma la
falta de una “mentalidad disciplinada” por parte de los estudiantes y el poco
esfuerzo que realizan los demás miembros de la comunidad educativa para que los
estudiantes desarrollen habilidades de creatividad, colaboración y manejo de la
Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) que les permitan pensar de
manera disciplinada a la hora de resolver problemas.
A
través del pensamiento crítico el estudiante controla la información para
adquirir los nuevos conocimientos que le servirán de base para tomar decisiones
en la resolución de problemas. Los avances tecnológicos permiten a los
estudiantes expandirse en un mundo globalizado. Tienen la oportunidad de
difundir su pensamiento y establecer lazos interculturales, aprovechando las
redes sociales como una nueva forma de socialización. El manejo de la TIC es un
elemento clave para fortalecer las demás habilidades.
La
colaboración les permite comunicarse de manera efectiva para resolver problemas
en equipo, utilizando la creatividad y el pensamiento crítico. Si los maestros
quieren que los estudiantes aprendan a resolver problemas concretos, deben
propiciar el trabajo colaborativo, formando equipos y seleccionando contenidos
que sean pertinentes. Diseñar situaciones de aprendizaje donde los estudiantes
valoren los intereses del equipo por encima de los intereses individuales, lo
que ayudará a construir una sociedad más justa y menos individualista.
Es
de suma importancia que los integrantes de un equipo sean líderes responsables.
En el desarrollo de un proyecto de investigación, un buen líder es aquel que
sea capaz de escuchar las opiniones de los demás, valorarlas y sacar
conclusiones. El líder responsable respeta las posiciones de los demás,
reflexiona y utiliza las conclusiones para crear estrategias innovadoras que
den soluciones a los problemas del equipo.
Un
elemento muy importante del hecho educativo es la evaluación. En el enfoque
basado en proyecto la evaluación es cualitativa y los estudiantes participan
activamente en dicho proceso. Se evalúan procesos y no solamente los
resultados. Los estudiantes están con conscientes de los criterios de
evaluación y se evalúan entre ellos durante el trabajo en equipo. A diferencia
de los enfoques tradicionales, la evaluación cualitativa persigue fortalecer
las debilidades de los miembros del equipo. La evaluación cualitativa implica
un cambio de mentalidad en todos los miembros de la comunidad educativa, ya que
tanto los padres de los alumnos como los docentes, fueron evaluados con métodos
de los cuales todavía no han podido deprenderse. En los enfoques tradicionales
sólo se evalúan los resultados y el maestro es el protagonista de la
evaluación. En el enfoque de proyectos el maestro debe ser crítico y reflexivo,
capaz de entender cuál será el verdadero fin de la evaluación.
La
evaluación cualitativa es un desafío. Un proceso complejo para maestros que
están acostumbrados a asignar números y sacar promedios. La evaluación en este
enfoque valora el procedo de desarrollo de los integrantes del equipo. Se toman
en cuenta puntos clave, observados durante el trabajo colaborativo, que deben
valorarse independientemente de los resultados obtenidos. A esta evaluación
continua, ayuda a los miembros del equipo a avanzar de manera progresiva en la
construcción de conocimientos. Les permite mantener interés por lo que aprenden
y promete mejores resultados. Los aprendizajes obtenidos durante el proyecto
pueden ser utilizados para resolver problemas reales en el futuro, por lo que
la evaluación debe valorar el desempeño por encima de los contenidos. En el
enfoque de proyectos, evalúa cualidades que no pueden evaluarse aplicando los
métodos tradicionales. El maestro necesita diseñar estrategias de evaluación
capaces de brindar información en cada situación de aprendizaje durante el
desarrollo y final del proyecto. Esta reformulación de la evaluación permitirá
al maestro valorar a los alumnos de manera individual, el trabajo del equipo y
en todos los aspectos.
Lamentablemente
en la República Dominicana no existe una cultura de investigación. Se puede
afirmar que hay dos grandes obstáculos: la debilidad del Estado en la gestión y
la mentalidad de los miembros de la comunidad educativa. Todavía se puede
apreciar cómo, de manera irresponsable y que los niños van a estar menos tiempo
en las calles, argumento que deja bien claro que desde el Ministerio no se
tiene una idea clara de las funciones de la educación. En los últimos años
aparentemente ignorante, en la promoción de la jornada extendida la
justificación del horario es surge un empeño por incorporar al nivel secundario
los grados séptimo y octavo del nivel Básico, que aunque todavía los estudiantes
están tomando clases en las escuelas básicas con maestras que, en su mayoría,
no están especializadas en el área de la asignatura que imparten, existe una
"malla curricular" donde los grados séptimo y octavo del nivel
Básico, así como el grado primero de bachillerato aparecen enumerados como
primero, segundo y tercero de secundaria. En dicha malla, una copia de los
estándares y contenidos de los demás países latinoamericanos, especialmente
Chile, México, Costa Rica y Guatemala, se plantea una educación basada en
"situación de aprendizaje". Esto no es más que una dominicanización
del enfoque basado en proyectos. El Ministerio de Educación de la República
Dominicana está lleno de "Genios”, por lo que no se involucran a los
maestros en el diseño del currículo, sino que copian el que otros países han
elaborado luego de una ardua tarea de aula: ensayo y error. Las prácticas
pedagógicas están divorciadas del currículo, ya que ni siquiera los técnicos
son capaces de interpretarlo. La gran mayoría de los maestros dominicanos
todavía piensan como obreros. A menudo emplean frases como "Yo amarro el
burro donde diga el dueño" o "Donde manda capitán no manda
soldado" para referirse a su rol de docentes. Por otro lado, muchos padres
se resisten a los cambios en la enseñanza y quieren que les enseñen a sus hijos
con los mismos métodos que a ellos les enseñaron, lo que supone un gran
obstáculo para la innovación.